Es algo que todos queremos para nosotros mismos, conozcamos su nombre o no. Cuando hablamos de felicidad, paz mental, gozo o satisfacción, usualmente estamos hablando de salud mental.
La salud mental está relacionada con la vida diaria de cada persona. Significa la forma de relacionarse – con sus familias, con sus compañeros, en sus comunidades, en la escuela, en el trabajo, en los juegos. Está relacionada con la forma en que cada persona armoniza sus deseos, ambiciones, habilidades, ideales, sentimientos y conciencia, con el fin de satisfacer las demandas de la vida. Tiene que ver con:
1. cómo te sientes
contigo mismo
2. cómo te sientes
con otras personas
3. cómo satisfaces
las demandas de la vida
No existe una línea definida que divida la salud mental de la falta de ella, ya que hay diferentes grados de salud mental. Ninguna característica por sí misma puede ser tomada como evidencia de buena salud mental, ni la falta de una como evidencia de enfermedad mental; y nadie tiene rasgo de buena salud mental todo el tiempo.
Una forma de describir salud mental es describir personas mentalmente saludables. El solo conocer lo que salud mental es, no significa que puede ser mentalmente saludable, pero el saberlo puede ayudare a comprenderla.
1. Se siente bien con ellos mismos.
2. Se siente
Confortables con otras personas.
Resuelven sus problemas conforme
se van presentando
Aceptan responsabilidades.
Adaptan su ambiente tanto
como es posible; se ajustan a él siempre que es necesario.
Hacen planes por adelantado
y no temen al futuro.
Aceptan gustosos nuevas
experiencias e ideas.
Hacen uso de sus talentos.
Se ponen a sí mismos
metas reales.
Son capaces de tomar sus
propias decisiones.
Se sienten satisfechos en
poner su máximo esfuerzo en lo que hacen.
2. Acepte las cosas que no puede cambiar.
Si algo le resulta incómodo
haga algo por cambiar; pero acepte que es imposible que todo sea como a
usted le gustaría que fuera.
3. Acepte a los otros como son.
Pero no se niegue el derecho de poner
límites y de no aceptar algunos comportamientos, vea las diferencias
como una oportunidad de aprender.
4. Aceptese con sus limitaciones y
con sus fortalezas.
Sea su propio juez; pero relaciónese
con el mundo y con los demás usando sus cualidades más positivas.
5. Responsabilicese por sus sentimientos
y por su comportamiento.
Acepte que su manera de ver las cosas
es la causa de su felicidad o de su infelicidad. No atribuya a otros sus
malestares, ni la causa de lo que usted hace o deja de hacer.
6. Confie en sus propias capacidades.
Para enfrentar las circunstancias
difíciles, válgase por usted mismo(a), utilice todos sus
recursos, incluyendo apoyo de otros(as).
7. Enfrente las dificultades haciendo
algo.
Busque soluciones, si el problema
sigue igual o empeora intente otras alternativas. A veces, hacer lo opuesto
a lo que ha hecho, funciona.
Analice los costos y beneficios de
cada decisión que intente tomar.
La preocupación es una emoción,
no una solución.
8. Deje átras lo que le afecto
fuertemente alguna vez.
No tiene por qué afectarlo
ahora. Lo que pasó no tiene posibilidad de cambio, no lo use como
excusa para justificar su comportamiento actual.
Viva aquí y ahora.
Trabaje por lo que quiere obtener
hoy, no por lo que quizo haber tenido.
9. Vea en su trabajo una oportunidad
de disfrutar y de desarrollar sus cualidades.
Una oportunidad de poder brindar a
otros(as) lo que usted puede dar.
10. Controle sus emociones.
Ejercite su autocontrol. Utilice su
inteligencia. Infórmese para poder decidir.
Acepte sus emociones, no permita que
ellas controlen su vida.
El juego es para el niño su
vida y su trabajo. Es el instrumento por medio del cual se desarrolla física,
mental y
emocionalmente.
Por qué juegan los niños?
Por placer: les gusta hacerlo, gozan
con las experiencias físicas y emocionales del juego.
Para expresar todo lo que lo mueve
consciente o inconscientemente, sentimientos positivos como negativos,
expresan los más profundo y oculto de su alma.
Para adquirir confianza en sí
mismos, desarrollar su personalidad, comprender el mundo que les rodea.
Para establecer contactos sociales:
adquieren hábitos sociales, transmiten ideas, son capaces de crear
reglas, normas y respetarlas. A través del juego el niño
hace amigos y se da cuenta de que sus compañeros tienen cualidades
semejantes a las de él, al igual que poseen otras diferentes.
Para comunicarse con la gente: comúnmente utiliza la comunicación no verbal, mediante juegos como: ¨la sortija¨, en donde ponerle a otro niño en la mano podría significar ¨me resultas simpático¨.
Para desarrollar su creatividad, su imaginación. En el juego el niño representa situaciones de la vida real, adopta diversos papeles: imita a sus papás, familiares, maestros, vecinos y personifica a los animales o cosas.
Para favorecer su desarrollo físico y liberar energía: corriendo, trepando, saltando, cantando...
En el juego el niño aprende:
A jugar
A comunicarse con otros niños
A defenderse
A respetar
A ser creativo
A sentirse confiado y seguro
A ser ganador y perdedor
Lo importante es el juego no el juguete. Este no debe ser caro ni complicado. La cajitas vacías, los envases de plástico pequeños, los tuquitos de madera, la plasticina son los mejores juguetes que el niño puede tener porque le ayudarán a desarrollar su imaginación y su creatividad.
Permítale jugar con tierra, piedras, conchas, agua, etc., esto le ayudará a tener un mejor contacto con el mundo que le rodea.
Recuerde:
Los niños necesitan saber y sentir que son amados, ¿por qué no se lo demuestra?. Juegue con ellos al escondido, a hacer tortillitas, baile y cante con ellos, ría, hágales sentir su cariño.
El niño que juega será un adulto seguro de sí mismo y capaz de amar.
¨El juego es la prueba continua de la capacidad creadora, que significa estar vivo¨. (Winnicott D.W.: El niño y el mundo externo. Buenos Aires. Ediciones Horné. S.A. 1980).